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Papel y Fuego

Andreina Tarazón

Agosto, 3 de 2022

El respeto mutuo es un principio fundamental de las relaciones internacionales, a la luz del mantenimiento de la paz y la armonía en el concierto de naciones. Sin embargo, no pocas veces nuestro mundo ha vivido tensiones inmensurables que atentan contra la seguridad global, producto de políticas exteriores abusivas, confrontativas y violatorias de la Carta de Naciones Unidas. Tal es el caso de la política exterior norteamericana referida a la región de Taiwán en los últimos tiempos, la cual ha fomentado la desintegración territorial y política de China, colocando en entre dicho la autoridad y legitimidad que representa el gobierno de la República Popular China como máximo representante de esta nación. Dichas actuaciones han sido reiteradas y confirmadas este 02 de agosto con la visita de la congresista Nancy Pelosi a la región de Taiwán, a pesar la solicitud de Beijing de evitar esta afronta de la política exterior norteamericana al principio de “Una China” en inobservancia a los acuerdos que firmaron ambos países en 1979 sobre esta cuestión. Así como en quebrantamiento de la resolución 2758 de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Sin duda, esta provocación no solo generara un debilitamiento importante de las relaciones bilaterales, sino que, además, al tratarse de las dos principales potencias económicas y militares de nuestro planeta, el conflicto tomara una escala global de manera inevitable, por lo cual esta agresión, podría calificarse por lo mínimo como irresponsable por parte de Washington al jugar con un fuego de alta volatilidad y cuya mecha se encuentra ya encendida en el epicentro de su sistema económico.  

El pueblo chino viene luchando desde hace más de siete décadas por su reunificación y revitalización, por lo cual, el respeto a su integridad territorial y soberanía es el punto de honor más importante para su diplomacia, subestimar el poder de Beijing para defender sus legítimos derechos, es una muy mala conseja para quienes hasta hoy se han erigido como los gendarmes del sistema mundo. La torpeza y la arrogancia aceleran el camino hacia el surgimiento de un nuevo orden mundial, ya no como utopía del sur global y de los países en vías de desarrollo, sino como mandato a la indiscutible posición de liderazgo que juega hoy China en la arena internacional. Los tigres de papel no deben acercarse al fuego.