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Nuevo paradigma tecnológico: retos, oportunidades y amenazas

Elio Córdova

Abril, 16 de 2023                                                                             

Los avances tecnológicos que se registran hoy día impactan significativamente el orden social, político, económico y cultural tal y como se venía conociendo. El Big Data, con su capacidad de interrelacionar y almacenar una mayor cantidad de datos e información que facilitan desde la toma de decisiones de un particular hasta la instrumentación de una política macro. La tecnología Blockchain (Cadena de Bloques) sobre la cual se configura todo el ecosistema de las criptomonedas y, por otro lado, la Inteligencia Artificial (IA) que se sustenta en un conjunto de algoritmos que permiten la creación de máquinas que emulan las capacidades del ser humano.

 

Las trasformaciones del ámbito tecnológico –en pleno desarrollo– contribuyen a profundizar la crisis que atraviesa el actual Régimen de Acumulación Neoliberal Monetarista instaurado en la década de los 70, donde se origina un desequilibrio estructural entre oferta y demanda agregada producto de la desincorporación de grandes contingentes de trabajadores del proceso productivo, como consecuencia inmediata de la incorporación de nuevas tecnologías como: microprocesador, el internet, entre otros avances. Esta nueva oleada tecnológica acentúa y agrava ese desequilibro estructural.

 

Tal es el impacto que la automatización del trabajo plantea como problemática real, que el multimillonario Elon Musk sugiere crear una renta básica universal como derecho al que cualquier ciudadano pueda acceder (para contrarrestar los efectos del desempleo ocasionado por las nuevas tecnologías), el problema de fondo es simple: constituye la subordinación absoluta de la fuerza de trabajo a merced del Capital. De modo que la transición en marcha hacia el Nuevo Régimen de Acumulación -que se abre paso sobre los avances tecnológicos- enfrenta un conjunto de desequilibrios que obstaculizan el proceso de acumulación capitalista.

 

La urgencia de esta nueva realidad demanda mirar permanentemente cómo se abre paso el deseo de controlar sociedades enteras para imponer la voluntad de grupos de poder del gran capital y los efectos de las nuevas tecnologías que, indiscutiblemente, generan cero capacidades de razonamiento promoviendo un ser humano cada día más máquina y máquinas cada vez más humanas.

 

En este sentido, no podemos dejar que estas fuerzas actúen bajo los preceptos del libre mercado (estaríamos jugando con nuestro propio destino). Algo así como una hoja seca, cuando se desprende del árbol queda a merced del viento sin control alguno de su rumbo. Las nuevas generaciones, bajo la influencia inoculada por la globalización neoliberal se ha dedicado a vivir de las criptomonedas y con ello, se transforma radicalmente la filosofía del trabajo como única fuente creadora de riqueza.

 

Máquinas de minería digital cuya rentabilidad en criptoactivos constituye una especie de renta digital que asienta progresivamente una cultura rentista –bajo las bondades del desarrollo tecnológico– promoviendo un estilo de vida parasitario y, sobre todo, contrario a los valores y principios sobre los cuales se debe erigir una sociedad. Salvando las diferencias, la renta petrolera es un claro ejemplo mediante el cual se amalgamó una cultura nociva trasversal a todos los sectores de la sociedad venezolana.

  

No se trata de asumir una postura reaccionaria y aspirar que la rueda de la historia gire en sentido contrario. Pero, sí, es necesario preparar a la población para ese proceso de profundos cambios en marcha. La irrupción de la IA ha sido abrumadora, al punto que países como China, Italia, EE.UU y España, entre otros, han decidido por múltiples razones ralentizar -e incluso paralizar- el uso de esta novedosa herramienta con el objeto de conocer mejor, y sobre todo, preparar a la sociedad para su empleo.