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En 2014, fueron halladas en Irán dos masivas reservas con 200 millones de toneladas de mineral de hierro y 120 millones de toneladas de carbón, en la mina Sangan, en la provincia oriental de Khorasan Razavi.

El descubrimiento se suma a las «enormes reservas de mineral de hierro de alta calidad en el desierto central de Lut del país» encontradas en 2013, según IRNA.

Los depósitos de mineral de hierro de Sangan forman parte de la cordillera de Kuh-e-Taleb con tendencia este-oeste, y en la provincia de Khorasan-Razavi en el noreste de Irán. Los depósitos se encuentran aproximadamente a 300 km al sur de la ciudad de Mashhad, a 30 km al oeste de la frontera con Afganistán y a unos 18 km al noreste de la ciudad de Sangan. Se puede acceder a los depósitos desde Mashhad a través de dos vías separadas, una a través de Torbat Heydariyeh y la otra a través de Torbat Jam.

Gracias al hallazgo de estos enormes yacimientos, muchos inversores privados, entre 2019 y 2020,  han recibido incentivos para colocar su capital en alianza con empresas estatales para la puesta en marcha y reactivación de unas 146 minas en la región de de Khorasan-Razavi, a  fin de suministrar el 100% de materia prima para las industrias siderúrgicas de la región y así darle mayor valor agregado a los minerales en cuestión.

En la actualidad, Irán es el mayor productor de hierro esponjoso a base de gas en el mundo y el undécimo productor de mineral de hierro en 2019, según el Servicio Geológico de Estados Unidos, cuando extrajo 38 millones de toneladas del mineral. A pesar de que no existe una prohibición formal sobre el comercio de mineral de hierro con Irán, las empresas navieras y los comerciantes a nivel internacional se atemorizan debido a los riesgos financieros y políticos considerando las sanciones lideradas por Estados Unidos sobre aquellos que pretendan negociar e invertir en la nación persa.

Fuentes Consultadas:

https://www.icex.es/

Por: Luis Cornieles