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A cada coyuntura una formulación: Nuevo Modelo Post-petrolero

Cortesía:

Córdova Zerpa Elio

La política económica que se ha venido instrumentando ha permitido restablecer ciertos equilibrios macroeconómicos. La génesis de este conjunto de estrategias y lineamientos respondió a un contexto de guerra económica donde la economía estaba en caída libre, de tal forma que todos los esfuerzos estaban orientados a revertir la caída y generar condiciones para crecer sin descuidar el eje de la política: la justicia social.

 

Según los datos del Banco Central de Venezuela, la economía está creciendo. No obstante, se observa una ralentización del crecimiento producto del deterioro del poder adquisitivo, a raíz del incremento de los precios en el mercado interno. Esta situación, tiende a producir una reducción de la demanda agregada, y con ello se desencadena -aguas abajo- un efecto de contracción en la inversión y, en consecuencia, en la producción. Dicho esto, pareciera oportuno recalibrar la política económica a la coyuntura actual.

 

No hay fórmulas mágicas, la coyuntura demanda una revisión minuciosa del desarrollo de los acontecimientos con el principal objetivo de ir aplicando -en tiempo real- los correctivos necesarios. La formulación estratégica, bajo el pensamiento crítico y la construcción colectiva de consensos necesarios para generar confianza, son elementos base para materializar los objetivos trazados por el hacedor de la política. A cada fase, a cada etapa, a cada coyuntura una formulación.

 

Este contexto luce propicio para promover un gran movimiento, dirigido a la convocatoria del talento humano -científico técnico- nacional que hace vida en las principales universidades y demás espacios académicos, para fomentar un gran debate nacional cuya premisa fundamental oriente a la obtención de una visión holística del hecho económico, pero, sobre todo, de las formas de abordaje para recalibrar los escenarios y generar las estrategias más idóneas a nuestra realidad país.

 

Simultáneamente, la política del Estado exige activar otras acciones como la restructuración del sistema bancario nacional, el empleo del MIR, entre otras medidas que estimulen el dinamismo económico. En función del cúmulo de capital que se mueve en el sistema financiero hay que generar condiciones -técnicas, tecnológicas, simplificación de trámites, entre otras- para que esos recursos apalanquen iniciativas productivas en el territorio nacional.

 

Recientemente hemos visto como el Presidente Nicolas Maduro, ha venido implementando un conjunto de medidas: 1) exoneración de pago de trámites a los emprendedores debidamente registrados. 2) Apoyo financiero mediante créditos al sector agrícola, medidas que se aplauden sin dejar de señalar la importancia que tienen los actores responsables de la economía y finanzas en el país para promover acciones conducentes, que se anticipen a las crisis que genera los ataques y asedio a la economía venezolana en los últimos tiempos.

 

La nueva economía requiere replantear absolutamente todo lo prestablecido. Desde luego que esto será posible en la medida que podamos recuperar y fortalecer la producción y comercialización de petróleo. En este orden de ideas, en aras de contribuir con un clima de confianza para la inversión nacional e internacional es oportuno que la máxima autoridad de la industria petrolera PDVSA presente ante la Asamblea Nacional el plan de trabajo a corto, mediano y largo plazo con los objetivos y metas planteados para que el país conozca de primera mano y puedan convertirse en contralores al proceso.

 

Es hora de la avanzada. Ocuparnos minuciosamente en la construcción del nuevo modelo postpetrolero, promover la discusión permanente sobre el hecho económico y sus connotaciones, reconocer el potencial interno y las ventajas país para consolidar el proyecto país que persigue la Revolución Bolivariana con un lugar seguro en el Nuevo Orden Mundial.

 

 

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