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China planea reducir la producción de vehículos de gasolina y diesel, así como prohibir la venta de los mismos, pero aún no ha fijado la fecha ya que aún el gobierno, en conjunto con las instituciones reguladoras y los fabricantes de vehículos, se encuentra trabajando en un cronograma que permita de forma progresiva una readaptación del mercado. Lo que implica la realización de cambios profundos en los paradigmas de la industria automotriz china.
Según Liu Zhijia, subdirector general de la automotriz china Chery Automobile Co, «La implementación total de la prohibición para un mercado tan grande como China podría ser posterior a 2040. Eso dejará mucho tiempo para que todos se preparen».
Los fabricantes en China han venido cumpliendo sus objetivos estrictos y han asegurado una producción del 12% de sus vehículos eléctricos o híbridos a fines del pasado 2020 a pesar de la pandemia.
Si la nueva reglamentación en la producción de vehículos sigue líneas similares a las del Reino Unido y Francia, es probable que todavía haya una cantidad significativa de vehículos híbridos en circulación, incluso si no hay modelos que solo funcionen con combustibles fósiles. Eso se debe a la carencia de información acerca de las bondades del uso del vehículos enteramente eléctricos y una todavía poco desarrollada red de carga para las baterías de los vehículos en largas distancias, lo que influye en la autonomía de los mismos, así como el hecho de que los vehículos eléctricos no han alcanzado el nivel de potencia de aquellos movidos por combustibles fósiles. Por lo que la opción más convincente por el momento es la de los vehículos híbridos.
China fabricó más de 25 millones de automóviles el año pasado, siendo con diferencia el primer productor de vehículos a nivel mundial, a medida que su creciente clase media adquiere con mayor facilidad vehículos propios, por lo que se hace necesaria la regulación en la fabricación de nuevos vehículos, a fin de lograr el objetivo de reducir las emisiones. Gracias al hecho de que es un mercado emergente, es más sencillo planificar la venta de nuevos vehículos y hay mayor flexibilidad de moldear el desarrollo del mercado con la oportuna intervención del gobierno.
Sin embargo, los vehículos de pasajeros son solo una pequeña parte del problema general de emisiones, ya que según Nick Molden, director ejecutivo y fundador de Emissions Analytics, las nuevas regulaciones de China sobre los automóviles de gasolina y diesel probablemente no eran necesarias para reducir las emisiones, debido a que el país lo que realmente busca es posicionarse como un jugador importante en el creciente mercado de baterías y automóviles eléctricos, lo cual demuestra una congruencia entre sus objetivos domésticos y sus políticas industriales globales.
Fuentes consultadas:
